La mosca de la fruta produce importantes pérdidas en cultivos susceptibles cuando las condiciones son favorables para este insecto y no se toman las medidas oportunas de control. En las Islas Canarias, las condiciones son especialmente idóneas para la presencia de esta plaga, ya que la mayor parte del año se encuentra alguna especie en periodo sensible de ataque, y las condiciones de temperatura y humedad son favorables para su desarrollo durante casi todo el año. Entre las medidas de control de la mosca de la fruta se encuentra la utilización de trampas para captura masiva, encontrándose en el mercado multitud de diseños y atrayentes. Existe la posibilidad de realizar trampas caseras con atrayente líquido (fosfato biamónico al 4%) como alternativa de bajo coste a las opciones comerciales. Sin embargo, las capturas con estas últimas trampas son menores en relación a las opciones comerciales, por lo que en este trabajo se evalúan diferentes modificaciones para obtener una mayor eficacia. Para ello se testaron distintos diámetros de orificios (2 y 7 mm) y se incorporó a la trampa olipe (botella plástico de 1,5 l con 5 orificios) una franja amarilla en la zona de dichos orificios o se le añadió un colorante amarillo al atrayente líquido. Los resultados muestran que las trampas con orificios de 7 mm son las que registran mayor número de capturas y que la trampa a la que se le añade colorante al atrayente líquido fue la que obtuvo mayor captura seguida de la trampa con franja amarilla y de la trampa olipe básica. En cuanto a las capturas de crisopa (Chrysoperla carnea), insecto beneficioso, también fueron las trampas con orificios de 7 mm las que mayores capturas registraron junto con la trampa embudo. Sin embargo, de los tipos de trampas con orificios de 7 mm, la del colorante fue la que menor captura tuvo de crisopas.

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